Es posible que lleguemos a un punto en el que nos replanteemos incorporar novedades a nuestra oficina, como puede ser cambiar nuestra silla de oficina. Es uno de los elementos que más se utilizan en nuestro día a día y que a la vez te permite realizar correctamente tu trabajo sin generar importantes cambios en la productividad.
Las sillas de oficina realizan una función determinada más allá de permitir que los empleados puedan realizar su trabajo, por lo que tenemos que asegurarnos de que cumplen unos mínimos de estabilidad y seguridad. Los usuarios tienen que estar largas jornadas sentados en ellas, por lo que tendrán que ser rígidas desde el primer momento.
En el momento de hablar de una silla de oficina nos referimos a una de las partes esenciales del mobiliario de oficina básico. No hay que olvidarnos de que estas se sitúan en el espacio de trabajo, por lo que son esenciales para la empresa y los trabajadores.
Cambiar una silla de oficina, ¿Estética o necesidad?
Es posible que tengas dudas sobre cuando cambiar tu silla de oficina, pero no te preocupes, existen muchas maneras o indicios que pueden ayudarnos, que detallaremos más adelante. Las sillas de oficina se pueden renovar por voluntad propia u obligación. En el primer caso, nos encontramos con un cambio puramente estético que se produce para darle un nuevo look a tu oficina.
En el segundo caso, que es el que nos depara hoy, nos encontramos ante el fallo del propio sistema de trabajo. Las sillas de oficina pueden contar con problemas que comporte un grave impedimento para los usuarios, como por ejemplo, que la silla de oficina pierda gas.
Indicios para cambiar una silla de oficina
Actualmente, existen varios motivos que pueden provocar el cambio de una silla de oficina y que a la vez pueden ser la mejor referencia para saber que ha llegado el momento. A continuación os detallamos algunos de ellos:
Dolores de espalda
Si experimentas dolor de espalda mientras trabajas en tu silla de oficina, podría ser un indicio claro de que es hora de cambiarla. Este dolor puede ser resultado del deterioro de la silla con el tiempo, como el desgaste de los materiales de soporte o la falta de ajustes adecuados. Además, si has aumentado significativamente el tiempo que pasas sentado en la silla, tus necesidades de comodidad y soporte pueden haber cambiado, lo que requiere una silla que se adapte mejor a tus nuevas demandas ergonómicas.
Presta atención a cualquier molestia persistente en la espalda baja, media o alta, ya que podría indicar que tu silla actual ya no está proporcionando el apoyo adecuado. Considera invertir en sillas ergonómicas que puedan ofrecerte una mejor postura y confort durante tus largas jornadas de trabajo.
Piezas defectuosas o rotas
En el momento de cambiar una silla, primero de todo tienes que percatarte del estado de cada uno de los componentes. Es posible que con el uso diario que se le da a la silla de oficina nos encontremos con dispositivos que han dejado de funcionar correctamente, por lo que no se podrá trabajar en una óptima situación.
Durante el proceso de fabricación es posible que nos encontremos con piezas defectuosas, y es que las máquinas no son perfectas y pueden cometer fallos durante su diseño y confección. Lo recomendable es que desde la marca una vez se haya terminado el proceso se dediquen a revisar pieza por pieza su estado.
Es posible que en alguna ocasión se les pase por alto alguna pieza, por lo que hasta que no esté montada la silla y se proceda a utilizarla no se sepa qué sucede realmente. Por ello, es recomendable realizar un uso intensivo que sirva para comprobar que las piezas están en buenas condiciones y evitar posibles roturas durante su uso. Las sillas con certificado 24h, también conocidas como sillas de uso intensivo, permite a los usuarios estar en óptimas condiciones ergonómicas durante todo el día.
Uno de los problemas que se producen con mayor asiduidad es la aparición de piezas inoperativas que imposibilitan el correcto funcionamiento. En muchas ocasiones, nos podemos encontrar con piezas que no realizan correctamente su función, como es una silla que pierde gas o que el pistón y muelle se bloquean, quedándose anclada en el punto más bajo de su recorrido.
En este aspecto, tenemos que contemplar todas y cada una de las alternativas que tenemos a nuestro alcance. Es posible que las sillas que estaban destinadas inicialmente a un uso intensivo se vean situadas en un segundo plano y sean de repuesto, por lo que tendrás que estudiar todas las potencialidades de las mismas.
Asiento maltrecho
Es una de las partes más importantes de la silla y es que sin ella no se podría trabajar. Es posible que no contemplemos la opción de que nuestro principal problema sea el asiento hasta que no probemos la silla y nos demos cuenta de que el motivo por el cual cambiar una silla de oficina es ese.
Una de las recomendaciones que solemos hacer desde Missillasdeoficina es apostar por un tipo de relleno duro y estable del asiento. Esto te permitirá que dure más tiempo la silla de oficina y puedas sacarle el máximo beneficio desde el primer momento, así que no te olvides de configurarla de una manera adecuada.
El asiento es una pieza fundamental en cualquier silla de oficina, puesto que es la parte que soportará la mayor parte del peso y su acolchado tiene que distribuir correctamente el peso hasta la base. Esto puede suponer un paso significante en su uso y disfrute, por lo que se tiene que valorar cada uno de esos aspectos.
Otro aspecto a valorar es el material con el que está fabricado el asiento. En ocasiones se apuesta por un tipo de material que es endeble y que se rompe con facilidad. De este modo, es preferible contar con un material duro y rígido, pagando un poco más y que garantice su durabilidad hasta el último momento.
Silla mal ajustada
En el momento de comenzar a utilizar una silla, es necesario emprender un conjunto de medidas para acertar con la configuración idónea. No hay que olvidarnos de que es posible que contemos con un tipo de silla que no se puede ajustar de la mejor manera, por lo que tendremos que estudiar qué ha sucedido realmente para eso.
Es posible que la silla de oficina que tengamos no permita que se pueda ajustar ni tanto en los brazos o cabeza, ni con la altura de la misma para poder estar en una posición correcta. Por ello, tenemos que estudiar cada una de sus potencialidades. En ocasiones nos encontramos con una silla que se queda bloqueada a una altura concreta y no permite que se pueda ni subir ni bajar.
Ajustar la altura, el respaldo y los reposabrazos de la silla de oficina es fundamental para prevenir problemas como dolor de espalda, fatiga o dolores de cabeza, entre otros.
Estructura deformada
Otro de los factores que interfieren directamente es que según el uso que se haga de la silla de oficina podemos encontrarnos con una estructura deformada que impida el correcto uso de la misma. De este modo, tenemos que partir de la premisa de que los usuarios tienen que tener una fácil adaptación al entorno. En ocasiones nos encontramos con una silla que no permite que se desplace correctamente por el entorno de trabajo, quedándose estancada en cualquier zona.
Por otro lado, por el uso excesivo de la silla y el hecho de aplicarles fuerzas elevadas, se puede deformar la estructura de la misma. No hay que olvidarse de que es uno de los principales motivos para cambiar una silla de oficina.