Poco a poco las tendencias en el interior de la oficina van variando. Por ello, han aparecido nuevos hábitos para mejorar el rendimiento laboral, como es el caso de trabajar de pie. Es posible que se tenga la percepción de que este tipo de trabajo suele estar destinado a empleos de cara al público, pero no es así. Cada vez son más las empresas que apuestan por estrategias diversificadas para que puedan realizar sus funciones los empleados.
Normalmente, la rutina de un empleado de oficina es estar sentado durante largas horas en una posición sedentaria sin realizar cambios posturales. Esto puede comportar que a la larga aparezcan problemas ergonómicos o bien sobrepeso u obesidad, provocando un riesgo elevado de diabetes o problemas de corazón al no realizar ningún tipo de actividad física. También se han observado cuadros de ansiedad, estrés o problemas musculares en personas que han estado quietas durante largas jornadas laborales.
Descubre nuestras mesas elevables y cambia tu forma de trabajar
Alterna entre estar sentado y de pie con solo un gesto. Tu espalda lo agradecerá.
Descubre nuestras mesas elevables y cambia tu forma de trabajar
Alterna entre estar sentado y de pie con solo un gesto. Tu espalda lo agradecerá.
Cómo adaptar la posición al trabajar de pie
No se puede trabajar de pie de cualquier forma. Por ello, se tiene que adaptar rutinas saludables y en algunos casos la mejor opción es apostar por mesas de escritorio elevables. Estos permitirán al trabajador poder adoptar las posiciones correctas en cualquier instante y así mejorar su rendimiento laboral.
Para que sea mayor su rendimiento y productividad ergonómica, tenemos que contar con una zona de trabajo que se sitúe a la altura de los codos. Esto es preferible, especialmente siempre que tengamos la zona de los brazos y hombros relajados. A todo ello, los empleados tendrán que hacer ejercicio para que la espalda y piernas resulten fortalecidas.
Respecto a la postura a adoptar, se recomienda que se evite inclinar la pelvis respecto a la mesa, algo que evitaría los problemas de espalda. Respecto a los antebrazos, es recomendable que estén en horizontal sobre el escritorio, que junto a una posición correcta de los pies en estado firme y rectos en el suelo hará que la distribución de pesos sea mejor.
Ventajas de estar de pie
Es posible que se tenga la percepción de que trabajar de pie es negativo para nuestra salud, llegando a ocasionar problemas en la columna vertebral y en algunos casos en la musculatura por aguantar nuestro peso, pero no es necesario estar toda la jornada de pie. Sin embargo, es necesario decir que existen estudios en los que se observa que el hecho de alternar el trabajo sedentario con el trabajo de pie puede llegar a reducir hasta en un 30% el estrés, aumentando la concentración en un 75% y por consiguiente su productividad en hasta un 60%.
La práctica de trabajar de pie se ha consolidado como una alternativa beneficiosa en ambientes laborales, aportando ventajas que van más allá de la simple comodidad. A continuación, se detallan los aspectos positivos más destacados de esta modalidad.
Aumento del gasto energético
Estar de pie activa el metabolismo corporal y promueve un incremento en el gasto energético. Se ha comprobado que una persona quema más calorías cuando está en posición vertical. De este modo, el cambio de estar sentado a de pie puede contribuir a la gestión del peso de manera efectiva, favoreciendo un estilo de vida más activo.
Parecerá una tontería, pero trabajar de pie ayuda a que el organismo pueda trabajar mejor. Se estima que se consume 0,15 kcal más por minuto, estando de pie que estando sentado, es decir, casi 9 kcal por hora más. Esto es lo que se conoce como quemar peso fácilmente, puesto que son unas calorías fáciles que no implican realizar ejercicio extra.
Mejoras en indicadores de salud
Adoptar esta postura no solo se traduce en un mayor gasto calórico, sino que también mejora varios índices de salud esenciales.
Salud cardiovascular
Cuando se está de pie, el ritmo cardiaco tiende a aumentar, lo que potencia la salud cardiovascular. Esto se debe a una circulación sanguínea más activa, lo que puede disminuir el riesgo de enfermedades cardíacas a largo plazo.
Niveles de glucosa en sangre
La postura vertical tiene un efecto positivo sobre los niveles de glucosa en sangre. Estudios han evidenciado que trabajar de pie está relacionado con reducciones significativas en los picos de glucosa, especialmente en personas con riesgo de diabetes tipo 2.
Incremento de la productividad
La conexión entre la postura y la productividad es notoria, ya que aquellos que emplean escritorios de pie tienden a ser más productivos. Este incremento en la eficiencia se atribuye a una mayor concentración y bienestar mental, manifestándose en un estado de ánimo más positivo durante la jornada laboral.
El hecho de estar de pie, influye a que la persona cambien su metodología de trabajo, evitando las posibles distracciones que puede tener a su alrededor.
Prevención de dolores musculares
Adicionalmente, trabajar de pie puede ayudar a prevenir diversas molestias físicas, sobre todo en la zona lumbar.
Dolor de espalda y salud lumbar
Esta modalidad fomenta una mejor alineación de la columna, lo que a su vez puede reducir el dolor de espalda. La adopción de una postura adecuada al estar de pie minimiza la tensión en la zona lumbar y favorece el confort durante el trabajo. Sin embargo, es fundamental prestar atención a la técnica adecuada para maximizar estos beneficios.
Mesas elevables para trabajar de pie
Una de las formas más sencillas de incorporar el hábito de trabajar de pie es con una mesa elevable. Este tipo de mobiliario permite alternar fácilmente entre estar sentado y de pie, adaptándose a tus necesidades a lo largo del día. En Missillasdeoficina contamos con modelos funcionales, estables y con diseño moderno que te ayudarán a cuidar tu salud sin renunciar a la comodidad.
Riesgos de trabajar de pie
Trabajar de pie puede tener beneficios significativos, pero también implica ciertos riesgos que no se deben pasar por alto. La exposición prolongada a esta postura puede dar lugar a problemas musculares y circulatorios que afectan la salud general y el bienestar del trabajador.
Fatiga muscular y problemas circulatorios
La fatiga muscular es uno de los principales inconvenientes asociados al trabajo de pie durante períodos extensos. Mantener una postura vertical puede generar tensión en los músculos de las piernas y la espalda baja, llevando a un malestar notable. Esto puede manifestarse como:
- Cansancio en las extremidades inferiores.
- Pinchazos o calambres en las piernas.
- Mayor peligro de hinchazón en los pies y tobillos.
La circulación sanguínea también puede verse perjudicada. Pasar demasiado tiempo de pie dificulta el retorno venoso, lo que puede resultar en problemas circulatorios como:
- Aumento del riesgo de varices, que se producen debido a la presión constante sobre las venas.
- Edemas en las piernas, que se caracterizan por la acumulación de líquidos en los tejidos.
Estos problemas circulatorios no solo son incómodos, sino que también pueden llevar a complicaciones más serias con el tiempo si no se abordan adecuadamente.
Incremento del riesgo de sobrecargas musculares
Las sobrecargas musculares son otra amenaza asociada al trabajo de pie. La tensión excesiva en los músculos puede desencadenar una variedad de dolencias que van desde molestias leves hasta lesiones más graves. Algunos de los síntomas que pueden surgir incluyen:
- Dolor persistente en la zona lumbar.
- Rigidez en las piernas y en la cadera.
- Disminución de la flexibilidad y movilidad general.
La correcta ergonomía y la adecuada postura son esenciales para prevenir estas sobrecargas. Adoptar una posición inadecuada, como inclinarse hacia adelante o mantener una postura rígida, puede incrementar la probabilidad de sufrir estos problemas.
Es fundamental reconocer estas tensiones y no estar muchas horas de pie para implementar mejores prácticas en el entorno profesional y promover una rutina que permita equilibrar el tiempo de pie con descansos y variaciones en la postura.
Consejos para trabajar de pie
Adoptar una postura erguida en el entorno laboral puede ser beneficioso, pero es fundamental hacerlo de manera adecuada para evitar molestias. A continuación, se presentan algunas recomendaciones prácticas que facilitan una experiencia más cómoda y saludable.
Uso de calzado adecuado
La elección del calzado es un factor clave cuando se trabaja de pie durante largos períodos. Es recomendable optar por zapatos que ofrezcan un buen soporte y comodidad. Calzado con suelas acolchadas y características ergonómicas puede ayudar a reducir la fatiga en las piernas y los pies, favoreciendo una postura más saludable. Evitar tacones altos y zapatos muy ajustados es fundamental para mantener una buena circulación sanguínea.
Importancia de alternar posiciones
Variar entre estar sentado y de pie es esencial para evitar el cansancio y las molestias. Los cambios de posición ayudan a distribuir el peso de manera más uniforme, lo que contribuye a la salud muscular y evita la tensión acumulada. Se sugiere iniciar con sesiones cortas de pie, entre 15 y 30 minutos, y aumentar el tiempo progresivamente a medida que se adapte el cuerpo.
Estiramientos y pausas
Incorporar momentos de estiramiento y pausas regulares en la jornada de trabajo es imprescindible. Realizar ejercicios sencillos como girar los tobillos, estirar los brazos o doblar la espalda puede aliviar la tensión acumulada. Estas pausas no solo recargan energías, sino que también mejoran la circulación, lo que es fundamental para quienes pasan tiempo de pie.
Optimización del ritmo laboral
Organizar el ritmo de trabajo es vital para mantener la energía a lo largo del día. Distribuir tareas que requieran mayor concentración durante los momentos en los que se esté de pie puede incrementar la productividad. Alternar actividades físicas ligeras, como caminar, con el trabajo en pie no solo mejora el bienestar, sino que también hace que las tareas resulten más amenas.
Ergonomía y ajuste de mesas de oficina
Es esencial adaptar el mobiliario a las necesidades del trabajador. El uso de mesas ajustables en altura permite una mayor flexibilidad para alternar entre estar sentados y de pie. Al trabajar de pie, la pantalla del ordenador debe estar a la altura de los ojos y los brazos deben permanecer en un ángulo de 90 grados para evitar tensión en los hombros y el cuello. Un espacio de trabajo bien diseñado reduce significativamente el riesgo de lesiones y mejora la comodidad general.
Trabajar de pie no significa estar todo el día sin sentarte, sino encontrar el equilibrio perfecto entre moverte, cambiar de postura y cuidar tu cuerpo mientras trabajas. Incorporar esta opción a tu jornada puede marcar una gran diferencia. En Missillasdeoficina apostamos por soluciones ergonómicas y versátiles que se adaptan a ti, como escritorios regulables y accesorios que hacen que tu espacio evolucione contigo. ¿Te animas a dar el paso y probarlo?







