El lumbago se suele producir como resultado de malos hábitos al sentarse o al hacer un movimiento inapropiado al levantar peso. Sea como sea, el lumbago se produce por ejercer presión en la zona lumbar.
Los dolores que podemos sentir son una alarma que tiene nuestro cuerpo de advertirnos de que algo no funciona. Lo más importante es prevenir estos dolores. Para ello es preciso disponer de una silla ergonómica, conocer los buenos hábitos de cómo cuidar nuestra espalda y adoptar una posición correcta en la silla de oficina.
¡Esto está genial! ¿Pero qué hago si estoy sufriendo lumbago? Te damos algunos consejos:
Regula la altura de tu silla
La altura de tu silla de oficina debe ser lo suficientemente elevada para que tus piernas respecto al tronco tengan un ángulo de 90 grados. Si tenemos la silla baja y las rodillas están más elevadas que nuestra cintura, estaremos formando un ángulo agudo, lo cual hace que nuestra zona lumbar se curve en una posición poco común y las vértebras sufran.
Acostúmbrate a trabajar más elevado y tener una buena posición. Si sufres lumbago te ayudará a evitar que la inflamación y el dolor aumenten.
Siéntate erguido
Si te sientas encorvado haces presión en los discos y podría agravarse el problema.
Es normal ceder a la fatiga de estar erguido mucho rato. El peso recae en la zona lumbar y sentimos presión en ella, pero esta presión es buena, ya que nos ayuda a ejercitar y fortalecer los músculos.
Padeciendo lumbago no debemos forzarnos, pero sí es necesario no adoptar una mala postura. Podemos ayudarnos con cojines que no sean ni muy duros ni muy blandos. Lo ideal es usar un cojín lumbar.
Antiinflamatorios
Es recomendable tomar algún tipo de antiinflamatorio por el hecho de que, por un lado, disminuye la hinchazón y reduce el dolor, lo que ayudará a pasar el proceso más confortablemente.
Debes consultar siempre con el farmacéutico, especialmente si estás embarazada. Sigue rigurosamente las instrucciones del medicamento o producto que utilices.
También puedes encontrar remedios naturales con los que hacer infusiones. Los siguientes productos actúan como antiinflamatorios/analgésicos y los puedes encontrar fácilmente en herboristerías o incluso en el mercado:
- Jengibre.
- Enebro.
- Harpagofito.
- Corteza de sauce blanco.
Acude a un fisioterapeuta
Normalmente, los médicos te aconsejan reposo absoluto, lo cual es cierto que soluciona el problema, pero puede tardar más en curarse. Lo ideal es ir a un fisioterapeuta especialista en zona lumbar.
Es posible que sientas que el esfuerzo no vale la pena porque sientes dolor, es normal. Piensa que un fisioterapeuta está especializado en todo tipo de dolores musculares y cervicales. Un buen masaje, más todos los consejos que pueda darte, te ayudarán a mejorar rápidamente y a adquirir hábitos saludables para tu cuerpo.
Si no eres aprensivo con las agujas, la acupuntura tiene efectos sorprendentes.
Aplica calor y frío
Es recomendable ir aplicando diferentes temperaturas sobre la zona lumbar, esto ayuda al músculo a adoptar diferentes estados y no estar reposado. Aplicar frío contrae el músculo y el calor lo dilata.
- Para el calor servirte desde un trapo húmedo a una bolsa térmica de semillas calentada en el microondas. Que esté caliente, pero que no queme.
- Para el frío puedes usar una bolsa de guisantes del congelador o una bolsa de gel.
Aunque pocas cosas causan mayor sensación que algo frío en las lumbares, su efecto es relajante y calma el dolor.
Evita coger peso
Es muy importante que evites coger peso o hacer esfuerzos grandes o medianos. Si tienes que agacharte, flexiona las rodillas y mantén la espalda recta.
En el artículo de cómo cuidar tu espalda puedes encontrar consejos muy útiles aplicables al lumbago.
Levántate
La natación y caminar son actividades que sirven como un ejercicio muy eficaz para fortalecer la zona lumbar. Es bueno que vayas alternando el estar sentado con actividades que hagan que las lumbares no se debiliten.
Esperamos que todos estos consejos te sean de utilidad. ¡Gracias por leer!